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jueves, 12 de junio de 2014


Las Mascotas

La mascota es un animal doméstico conservado con el propósito de brindar compañía a las personas, no son conservados para traer beneficios económicos o alimenticios, aunque sí un beneficio personal. Son seleccionados por su comportamiento y adaptabilidad, y por su interacción con los humanos, en la que posiblemente se utilicen como herramientas de caza o seguridad. Poseer un animal de compañía puede traer a la salud consecuencias positivas ya que el cuidado diario hace olvidar a muchas personas u otro tipo de preocupaciones, evita la depresión y nos hace sentir útiles. Los animales de compañía más populares son el perro y el gato. 



Un mascota se adapta al ambiente de un ser humano sin importar su naturaleza: se adhiere a un grupo, familia o sociedad, la cual le dota de todo lo necesario para su desarrollo.
En adaptabilidad y comportamiento, se dice que los perros, como animales de compañía, superan a la mayoría. Su adaptabilidad ha ayudado al hombre en diversos ámbitos sociales, culturales y recreativos, como en su uso terapéutico en hospitales, como guías de personas ciegas, como apoyo policial, y en complicados rescates de personas.
La compañía de cualquier mascota evoca siempre ternura, compañía y amistad, cualidades que se intensifican cuando la soledad busca filtrarse en la vida de las personas; es en estos momentos cuando la mascota adquiere un papel más importante, al sentirlo parte de la familia y, aun más, como un amigo.
La mayoría de las personas muestran una actitud positiva a través de su relación con una mascota o animal de compañía, sobre todo aquellos que sufren problemas de tipo psicológico o físico.


Salud

Efectos en la salud animal

Poseer un animal de compañía es frecuentemente traducido como una adquisición de responsabilidades en la que se le debe brindar al animal todo lo necesario para su correcto desarrollo. Para el cuidado de un animal de compañía se necesita una correcta alimentación y un constante cuidado que le evite algunas enfermedades, además de cuidado médico y la imitación de su ambiente natural.

Efectos positivos en la salud

El poseer un animal como animal de compañía puede traer efectos positivos en la salud humana. El descenso de la presión arterial alta y de los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre son efectos físicos positivos que puede traer el poseer un animal de compañía. La interacción social que involucra el tener un animal de compañía ha demostrado una respuesta positiva al estrés mental, la depresión y los sentimientos de soledad, desembocando en un efecto placebo, que mejora la salud del poseedor.
Asimismo, recientes estudios en el Japón muestran que las personas que sufren enfermedades crónicas y poseen animales de compañía (ya sea que estas tengan pelo, plumas o escamas) parecen tener corazones más saludables que quienes viven sin un animal de compañía.
En los resultados publicados en American Journal of Cardiology, los investigadores que estudiaron a casi 200 personas hallaron que quienes poseían un animal de compañía contaban con una mayor variabilidad de ritmo cardíaco que aquellos sin un animal en el hogar (una variabilidad reducida se relaciona con un riesgo mayor de morir por un problema cardíaco); lo que significa que sus corazones responden mejor a las exigencias de cambios corporales, como bombear más rápido durante situaciones de estrés.

Efectos negativos en la salud

Entre los efectos negativos en la salud por causa de un animal de compañía se enumeran principalmente las respuestas respiratorias y cutáneas de alergias y asma. Otro posible riesgo es el ataque de la especie que se tiene como animal de compañía (mordidas, inyección de veneno, zarpazos, etc.). También se debe tener en cuenta el temor o fobia hacia determinada especie. Además, pueden adquirirse varias enfermedades por patógenos transmitidos a través del contacto animal, como la enfermedad por arañazo de gato, infecciones estomacales, la ornitosis adquirida por el contacto con algunas especies de aves y la salmonelosis

Cuidados De Las Mascotas:

La buena higiene y el buen cuidado de un perro depende principalmente de una buena prevención del conjunto de los problemas específicos que pueden alcanzar al animal. Conociéndolos y previniéndolos, lograremos que estos no lleguen. Y si lo hacen, podremos atajarlos a tiempo y minimizarlos.
  • El baño: 
La mayoría de los perros disfrutan en el agua y se bañan de buena gana. Los baños les ayudan en los periodos de más calor y también son beneficiosos para la re-educación de los animales que han sufrido recientemente una intervención ósea o articular. Pero mucha atención con los baños en el mar. Están totalmente desaconsejados para los animales que sufren problemas cutáneos. Cuando su perro se haya bañado en el mar, es preferible enjuagarlo con agua dulce sin utilizar champú, con el fin de evitar cualquier irritación por la sal marina.

A la hora de bañar al perro cuidado con el champú que vas a utilizar: debe ser especial para ellos. ¡Nunca utilices champú para humanos! Atención también con los baños demasiado frecuentes que pueden ablandar el pelo duro de ciertas razas. Un paseo por el campo con tiempo lluvioso no necesita un baño al volver necesariamente. Puedes secar a tu compañero con una toalla para cepillarle luego con el fin de que reencuentre el brillo de su pelaje, sobre todo si es un perro de pelo largo.
  • El cepillado:
La muda se da dos veces al año en el perro. La más importante se sitúa en torno a mayo, a causa de la caída del pelo de invierno. El pelaje de verano cae hacia septiembre. Por tanto, en primavera y en otoño será natural que tu perro pierda abundantemente pelo. Si el perro vive en un entorno demasiado cálido y si, sobre todo, su cama está cerca de un radiador, su caída de pelo puede ser más frecuente. Debes examinar y cuidar a tu compañero regularmente. Acariciarlo ayuda al descubrimiento de posibles anomalías (presencia de garrapatas,  por ejemplo), cualquiera que sea su corte y su pelo.

El cepillado elimina los pelos muertos y las suciedades acumuladas en el pelaje. El material de aseo variará dependiendo de la variedad del perro. La solidez y la separación de los dientes de las herramientas de cepillado dependen del pelaje. Generalmente se emplea un cepillo en púas metálicas, completado por un peine también de metal. Para los perros de pelaje espeso que tenga grandes mudas, puedes utilizar una almohaza.

  • Cuidado dental:
El tártaro dental que se adhiere cerca de las encías son los responsables del mal aliento en la boca del perro. La acumulación de este depósito en el cual se desarrollan bacterias va a incendiar la encía y puede acarrear, a largo plazo, una descalcificación de los dientes. Para prevenir el riesgo de gingivitis, tienes la posibilidad de cepillar los dientes de su perro con un dentífrico concebido especialmente por los animales. Una forma más simple es frotar con una compresa empapada en agua enrollada alrededor del dedo.
  • Cuidado de los oídos:
Debes verificar periódicamente el interior de las orejas de su perro (sobre todo con los perros con orejas colgantes, que son más propenso a enfermedades auditivas).

Cuidado de los ojos: Puedes limpiar cada día la esquina de los ojos de su perro con algodón empapado en suero fisiológico o con agua hervida, con el fin de quitar las secreciones y evitar la aparición de coloraciones rojizas. Ciertos lagrimeo pueden ser causados por pelos demasiado largos que irritan los ojos. Si es el caso, puedes pedirle a un veterinario que los corte.
  • Las vacunas:
La vacunación es la mejor prevención posible contra las enfermedades corrientes que pueda sufrir el perro. Un perro debe ser vacunado cada año, hasta ser adulto: cuando el perro alcanza 5 años, es esencial consultar a un veterinario regularmente con el fin de detectar de manera precoz y prevenir las enfermedades que acompañan el envejecimiento. Para las vacunas, su veterinario es quién mejor puede ayudarle.






Alimentos no recomendados para los perros

  • Leche: algunos perros, como algunas personas, presentan intolerancia a la lactosa. Es por ello que debe dárselas con precaución, y, a la primera reacción adversa vómitos, diarrea; suspenderla de inmediato

  • Chocolate: contiene una sustancia llamada teobromina que causa intoxicación en el organismo del perro y puede ser fatal en grandes dosis.

  • Golosinas: tales como frituras, caramelos, galletas; tienden a formar sarro en la dentadura del perro. Además los azúcares les hacen propensos a la diabetes. Existen golosinas especiales para ellos que incluso protegen de la formación de sarro.

  • Huesos cocidos: en especial los de pollo. Al ser triturados por la mandíbula del perro pueden formar esquirlas con puntas muy agudas, las cuales fácilmente pueden perforar el esófago, intestino o recto provocando hemorragias internas, infección y consecuentemente mucho dolor.

  • Alimentos o desperdicios caseros: se deben evitar los alimentos muy condimentados, ya que los perros son especialmente sensibles a la sal, pimienta y chile. De igual forma se deben evitar los alimentos con exceso de grasa.
  • Los desperdicios o restos de alimentos:normalmente poco frescos deben ser eliminados. No se debe permitir que coman restos hallados en la calle, pues podría sufrir una gastroenteritis infecciosa.

  • Tomate: puede afectar el sistema digestivo del perro, por lo que no es recomendable.











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